19 de enero de 2010

CREEPY: COMICS TO GIVE YOU THE CREEPS

Para el número 6 del fanzine Amazing Monster de Chaparra Entertainment, escribí un artículo sobre la revista de cómics Creepy, reeditada este mismo mes por Planeta de Agostini. Está enfocada a su publicación en España, por lo que habría que añadir la nueva y emocionante andadura de nuestro tío favorito de la mano de ésta editorial. En la edición en papel, la maquetación de los artículos es magnífica y el resto de contenidos muy interesantes. Si tenéis la oportunidad hacéos con un Amazing Monsters y con un tomo de la nueva edición de Creepy, no os defraudarán.

En el particular y selecto grupo de editores de revistas de terror aún no se ha hecho justicia con Mr. Russ Jones. El genial ilustrador, novelista y editor de publicaciones como Monster Mania o Christopher Lee Treasury of Horrors, tenía en mente continuar el legado de algunas de sus revistas favoritas de la EC en los 60 tras el cierre de aquellas colecciones. Tras crear la imagen del horror host más popular del cómic y encargar una portada al inigualable Jack Davis sólo necesitaba dar un nombre a su horripilante creación. La inspiración vino releyendo sus amados cómics del maestro Graham Ghastly Ingels, en los que la palabra creepy era escupida por la apestosa boca de la vieja bruja. Nuestro amado tío había sido satánicamente bautizado.

CREEPY
Comics to give you the creeps!


El extraordinario mundo de Josep Toutain
Los monstruos y castillos del Inspector Dan o las historias de El Campeón son algunos ejemplos de lo más trascendente en los orígenes del cómic de terror en nuestro país. En los 60 aparecen nuevos lectores, crítica, expertos, y la cosa cambia. Se dice que el primer tebeo de terror aparece en el año 1968 a manos de la editorial Ibero Mundial: Dossier Negro, excelente sobretodo en sus comienzos. En los 70 el terror se puso de moda, y también en los quioscos españoles: Fantom, Vampus, Delta, Rufus, Escorpión o Morbo son sólo algunos dispares ejemplos de revistillas de terror.
Josep Toutain, dibujante de cómic durante los 50, fue el director de la agencia de dibujantes Selecciones Ilustradas y el culpable de que las páginas de las revistas americanas de la Warren se llenasen de firmas tan poco yankis como Pepe González, Luis García, Esteban Maroto o Josep María Beá.
El Vampus de la editorial Garbo ya había publicado en los 70 las historias del Creepy americano que editaba la Warren, y más tarde la revista Rufus de Ibero Mundial de ediciones. Toutain editó Creepy por primera vez en España con el nombre que Russ Jones le había dado en los 60 y alargó el mito.
Nos contaba Mike Ratera hace algún tiempo: “Josep apostaba por nuevos talentos, eso iba con su carácter independiente y un tanto romántico. Posiblemente fue la última vez que se ha dado algo así en el cómic español... ahora vivimos tiempos de crisis. Los editores sólo apuestan sobre seguro, sin arriesgar tanto como antes.”
Sea como fuere lo cierto es que los amantes del terror y lo fantástico debemos a Josep su enorme labor editorial y su fantástica visión sobre el mundo del cómic.

La mejor publicación mundial de terror
Eso afirmaba el potente slogan elegido para presentar a los amantes del terror en España a nuestro querido tío Creepy. Las hipnotizantes portadas de Sanjulián o Boris Vallejo escondían en las páginas interiores geniales piezas de horror ilustrado por Archie Goodwin, Wally Wood, Gene Colan o Russ Heath. La sección “Tus páginas, lector”, que más tarde pasó a llamarse “Club de Medianoche”, incluía espacios donde el entusiasta público de la revista vomitaba sus opiniones sobre el contenido, hacía sugerencias, se informaba o veía publicados sus dibujos. Por eso, junto a los geniales cómics de Corben o Wrightson, estas secciones, los concursos o el apartado “Páginas Negras”, que trataba sobre diferentes aspectos relacionados con la cultura terrorífica, hacían de Creepy una publicación única en nuestro país.

El cómic del terror y lo fantástico
Pero las cosas cambian y Josep no quería anclar su prestigiosa edición en un solo género. Le interesaba abrir miras, mostrar el horror de otras formas. Así Creepy pasó a incluir otro tipo de material que se alejaba de ese concepto de revista de terror, como espada y brujería, ciencia ficción o noir. Es cierto que esto suponía un cambio brusco para el lector que buscaba “historias Creepy” en esencia, historias cortas de terror con finales sorprendentes, pero sería injusto decir que ese cambio fue negativo porque a medida que la dosis de terror descendía, el Creepy se llenaba de firmas como las de Bernet, Abuli o Eisner.
En 1983 llega desde EEUU la noticia: James Warren declara en bancarrota la editorial, y bien es cierto que el final estaba cerca. Toutain se sacó de la manga nuevos colaboradores, unas veces venidos de publicaciones argentinas y las menos usando dibujantes españoles, sin embargo, era imprescindible evitar la repetición de historias. por lo que llegó el fatídico día en el que se publicó el Creepy nº 79 y la revista cerraba. 80 números, 6 almanaques, un Especial Concurso y más de 6 años en el mercado. Se iba el tío Creepy, pero regresaría de nuevo de entre los muertos para ver reeditados los 79 números de la espeluznante colección.

Regresa de la profundidad de las tinieblas
El tiempo había pasado sin más, Toutain seguía editando, y seguía la incesable corriente de peticiones de un nuevo Creepy. La baza de editar Creepy en plenos 90 era publicar trabajos de autores noveles como el “Hunter” de Mike Ratera o el “Zomby y el gato” de Guiral y Raf, junto a otras secciones como “Los archivos de Creepy”, en el que se recuperaba material clásico de la Warren como el clásico “Jenifer” de Bruce Jones y B. Wrightson, Junto a ellos las secciones Querido Tío Creepy y Creeper Zone, como las de la primera época. Sin embargo los 90 habían cambiado el mercado en España y a los 19 números la segunda época del Creepy llegaba a su fin.
Actualmente es Dark Horse quien se ha hecho con los derechos que guardaba Jim Warren sobre las revistas, aún después de su ruina, y no sólo se han reeditado los Creepy clásicos si no que se ha lanzado una nueva línea, de momento de 4 números, en los que clásicos como Gene Colan o Tom Sutton, comparten páginas con nuevos dibujantes como Kieron Dwyer o Dan Brereton.
A la espera de que se editen en nuestro país, seguiremos leyendo los amarillentos ejemplares que guardamos con honor esperando que aparezca entre las sombras mientras murmura: Heh Heh! Vuestra nostalgia me partiría el corazón… ¡si lo tuviera! Felices pesadillas, sobrinitos.